La tradición dice que, para que el día no se tuerza, hay que apoyar en primer lugar el pie derecho. La respuesta a esta costumbre podría hallarse en el mundo de los pescadores. Durante el siglo XIX, ningún pescador en su sano juicio subía a bordo por babor, es decir, el costado izquierdo del barco, aunque resultara incómodo
hacerlo por estribor. Parece ser que la superstición nace de la noción de que cualquier cosa zurda era antinatural una idea que se basa en que la mayoría de los seres humanos son diestros.
Por regla general, todo k que se refiere a la derecha es calificado de favorable por los supersticiosos, quizás alentados por la tradición bíblica, que dice que la derecha conesponde al camine del Paraíso y es la posición en la que están sentados los elegidos por Dios.
La izquierda representa el reverso de la moneda. Los romanos, por ejemplo, hacían presagios observando el vuelo de los pájaros: los que lo hacían hacia este lado eran de mal agüero. De hecho, en latín, izquierda se dice sinester, que dio origen al adjetivo siniestro.
El gesto actual de taparse la boca cuando bostezamos no obedece sencillamente a la intención de guardar las formas, esconder la dentadura o el deseo de no difundir los gérmenes, sino que tiene un significado más profundo.
En el libro Superstitions oÍ Ireland, de Sperenza Wilde se puede leer que hacer la señal de la cruz delante de la boca al bostezar impedía que el diablo se introdujese en el cuerpo y estableciera en él su morada. Es por esta razón por lo que las madres cerraban la boca del bebé o hacían la señal de la cruz delante de ella cuando lo veían bostezar. De esta costumbre ancestral deriva el gesto actual de taparse la boca.
La extraña tradición de llevar una pata de conejo en el bolsillo para atraer la suerte no nace de este animal, sino de la liebre. En las regiones medievales de Europa existía la creencia de que las brujas se transformaban en liebres para sorber la leche de las mujeres que habían dado a luz. ¿Pero cómo nace esta creencia? Antiguamente, las cabras, vacas, cerdos, liebres y otros animales de granja entraban libremente en la casa de sus amos, ya que la familia aprovechaba su calor corporal para protegerse del frío invernal. Los campesinos criaban liebres para comérselas y las cuidaban con esmero y cariño. De hecho, por ejemplo, los antiguos britanos pensaban que estos animales eran criaturas mágicas que incluso había que evitar ingerir.
Algunos tratados de la época mencionan que las mujeres embarazadas y durante la época de lactancia acostumbraban a sentarse en un rincón del hogar y ponerse en el regazo uno de estos nobles animales para que las calentara. A cambio, dejaban que la liebre tomara de su pecho. La tradición popular; como ya se ha mencionado, aseveraba que durante la caza de brujas, éstas se transformaban en liebres y se colaban en las casas de los campesinos para salvarse del peligro. Incluso había una manera de reconocer el engaño: si la liebre, una vez atrapada, resultaba difícil de despellejar o cocinar, entonces la bruja se había transformado en animal antes de morir. La idea de que la pata de liebre trae buena suerte nació de la primitiva creencia de que los huesos de sus patas curan la gota y otros reumatismos, así como los calambres. Pero, para ser eficaz, el hueso debía tener una articulación intacta. Por ser tan parecidos, la liebre y e] conejo se unieron como frute de las supersticiones relativas a sus virtudes mágicas.
Cuando se formula un deseo, se dice una mentira o se encuentra uno ante un peligro, es costumbre cruzarlos dedos, concretamente el mayor sobre el índice. El gesto, que evoca una cruz, conjura la mala suerte y aleja las influencias maléficas, según los supersticiosos. Desde los primeros tiempos del cristianismo se creía que, replegando el pulgar bajo los otros dedos, se alejaba a los fantasmas y malos espíritus, o bien haciendo esa operación con las dos manos y dejando que el pulgar asome entre el índice, dedo consagrado a Júpiter, y el mayor, dedo del pecado dedicado a Saturno. No obstante, algunos autores piensan que, aunque el simbolismo de la santa cruz en este gesto resulta obvio, el origen primero es mucho más primitivo que la cruz cristiana y se remonta a los más antiguos tiempos paganos.
MALA SUERTE: Tradicionalmente se ha creído que al reflejarse en la pupila de un ojo, podíamos quedar atrapados por ella. Por esto, desde la antigua roma hasta la edad media, aquellas personas que tenían cataratas u otro defecto visual, a menudo eran sacrificdas en la hoguera. Grecia, Turquía y Egipto tiene muy extendida la creencia de que existen personas con poderes maléficos en la mirada; incluso, aunque sea de forma inconsciente pueden hacer daño si clavan sus ojos en algo. Antiguamente se atribuía al mal de ojo enfermedades de origen desconocido. Lo echaban las brujas, los gitanos, los gafes y los bizcos y afectaba a los niños. Para protegerse hay que llevar ajos, oro y plata, ojos de cristal azul y herraduras.
MALA SUERTE: Se cree que en una guerra -no se sabe con precisión cual, y en ocasiones se habla de la Primera Guerra Mundial, en otras de la Guerra Civil Española...- tres soldados encendieron sus cigarrillos con la misma cerilla y el enemigo vio la llama del primero, apuntó en la del segundo y disparó sobre el tercero.
MALA SUERTE: Esta idea tiene su origen en la Grecia clásica, donde se creía que si el retrato de un monarca o una celebridad caía al suelo sufriendo serios daños significaba que iba a morir en poco tiempo.
BUENA SUERTE: Según los griegos, el hierro -en forma de media luna- protegía de los hechizos, así que la herradura colocada en la puerta impedía la entrada de las brujas y del mal. Tradicionalmente se creía que las herraduras otorgaban más suerte eran las de los borricos, porque tienen siete agujeros, un número mágico por excelencia.
Se le pide a la mujer embarazada que nos muestre una de sus manos. Si ella extiende el brazo con la palma hacia abajo, será niño. Si la extiende con la palma hacia arriba, será niña. También es posible adivinarlo por la forma del abdomen: Si es puntiagudo, será niño, y si el abdomen de la mujer gestante es redondo y extendido hacia los lados, será una niña la que lleva en el vientre.
Tres velas o tres lámparas encendidas en un mismo cuarto pueden anunciar la muerte. Encender tres cigarros con la misma llama también es peligroso, pues se trata de una tradición de guerra. El primer cigarro encendido muestra el blanco al enemigo, que mira al segundo y tira al tercero.
Colocar una escoba con el rabo hacia abajo detrás de la puerta hace que las visitas indeseables se vayan rápidamente. La escoba debe ser guardada en posición vertical para evitar desgracias. Los niños que monten a caballo en las escobas serán infelices, así como barrer la casa de noche expulsa la tranquilidad del hogar.
Si uno está tomando una bebida alcohólica, nunca debe brindar con alguien cuya copa no tenga alcohol. Con ese brindis, se arriesgarían a que sus deseos se inviertan.
Las arañas, los grillos y las lagartijas representan buena suerte para el hogar. Matar una araña puede causar mala suerte en el amor.
Dentro de casa, el paraguas siempre debe estar cerrado. Según una tradición oriental, abrirlo dentro de casa trae mala suerte y problemas de salud a los familiares.
Se dice que cuando alguien rompe un espejo, tendrá siete años de mala suerte. Mirarse en un espejo roto es incluso peor, porque significa romper el alma propia. Nadie se debe mirar en un espejo a la luz de las velas, ni permitir que otra persona se mire al espejo al mismo tiempo que uno.
En la edad media se decía que los gatos eran brujas transformadas en animales; por eso, la tradición dice que cuando un gato negro se atraviesa en nuestro camino, la mala suerte es segura; sin embargo, los místicos tenían otra versión: cuando un gato negro entra en casa es señal de que entrará dinero.
Si alguien siente que su oreja se calienta de repente, es porque alguien está hablando mal de él. En estos casos, diga el nombre de los sospechosos hasta que deje de arderle la oreja. Para aumentar la eficacia del contraataque, muerda el dedo meñique de su mano izquierda y el sujeto en cuestión se morderá la lengua.
Tener en casa un elefante de adorno, sobre un mueble cualquiera, siempre que sea con la trompa erguida y el costado hacia la puerta de entrada, evita la falta de dinero. Otra figura que garantiza la cartera llena es Buda, quien debe estar encima del refrigerador, sobre un plato lleno de monedas.
Si a alguien le pica la palma de la mano izquierda, es señal de que recibirá dinero; pero si le pica la mano derecha, eso significa que una visita inesperada está por aparecer. Si tiene comezón en un pie, eso significa que viajará al exterior de su país.